jueves, 6 de noviembre de 2008

La historia de EEUU se escribe con tinta negra


“I have a dream”, “Yo tengo un sueño”, así era el título del discurso que Martín Luther King dio frente al Monumento de Lincoln un 28 de agosto de 1963. Hoy, luego de 45 años, el sueño de un hombre que luchó sin cesar por los derechos civiles de los afroamericanos es una realidad: por primera vez en la historia de los Estados Unidos, un hombre negro es electo presidente.

Barack Obama de 47 años de edad nació el 4 de agosto de 1961 en Hawai, su padre era negro, nacido en Kenia y su madre era blanca, oriunda de Kansas. En esa época una unión interracial era completamente prohibida, pero, sus padres lograron superar los obstáculos. Así, Obama aprendió desde niño a vivir en una familia en la cual dos razas y culturas opuestas convivían en armonía. No en vano, el discurso que llevó a la fama a Barack Obama, en Julio de 2004, durante la convención demócrata, hacía énfasis en promover la reconciliación de los estadounidenses, en dejar las diferencias partidistas, raciales y de cualquier tipo. Obama sin ser directamente un activista de los derechos civiles, siempre revindicó a políticos como Martín Luther King y John Kennedy.

Obama es sin duda una figura de contrastes, trabajó en los barrios marginales de Chicago, pero su lucha por los más humildes no le impidió ser parte de la élite estadounidense. Estudió en la Universidad de Columbia y en una de las más exclusivas universidades de Estados Unidos: Harvard. Su carrera como político es corta, apenas en noviembre de 2004 fue elegido senador del estado de Illinois y ahora 4 años después logró ser electo presidente de los Estados Unidos. Obama es si duda, un hombre de grandes metas y mucho más ahora cuando debe encarar una difícil situación económica. Definitivamente para él, la gran prueba de ser un buen presidente para la primera potencia mundial apenas empieza.

Reacciones favorables

El triunfo de Obama generó reacciones internacionales muy positivas. En América Latina, la cancillería brasileña expresó su alegría por el triunfo de Obama, aunque el Canciller Celso Amorin declaró que Brasil espera que mejoren las relaciones de Estados Unidos con Venezuela y Cuba.

Por su parte, Hugo Chávez, se expresó en un tono respetuoso hacia el nuevo presidente de Estados Unidos y señaló que desea entablar una relación positiva con Obama ¿Se convertirán estas palabras en realidad? Sólo el tiempo lo dirá, sin duda alguna, será positivo para ambos países que sus mandatarios negocien una nueva agenda económica, en la cual, el mercado petrolero será la pieza clave. Si son socialistas o no, si Obama simpatiza con Chávez o no, todo eso será una cortina de humo que ambos mandatarios usarán a conveniencia y como parte del juego político, lo importante en todo esto es el petróleo.

Otro país que está dispuesto negociar con el nuevo gobierno es Bolivia, Evo Morales señaló que desea mejorar las relaciones con Estados Unidos, pero estas palabras tienen su trasfondo político, ya que Morales desea negociar la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas que favorecería a las exportaciones de Bolivia con Estados Unidos.

Por su parte, los cubanos esperan que Obama inicie acciones para levantar el bloqueo contra Cuba, una vez que ofreció también entablar un diálogo con Raúl Castro, pero ¿Estará dispuesto Castro a hablar, tomando en cuenta que el régimen castrista lo que busca es el aislamiento internacional? Sólo el tiempo lo dirá.

En otras latitudes, las reacciones en el viejo continente no se hicieron esperar, el gobierno español, encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero le ofreció a Obama su amistad y afirmó que tendrá en ella a un gran aliado. Recordemos que las relaciones entre España y Estados Unidos durante el gobierno de Bush se vieron afectadas, desde que Zapatero decidió retirar su apoyo a la guerra de Irak.

En general, la reacción de Europa, es de alegría, más que por el triunfo de Obama, por el fin del mandato de Bush. Los últimos años del gobierno de Bush solo generaron desasón en el viejo continente, temas como:la guerra de Irak, la cárcel de Guantánamo, supuestos vuelos secretos de la CIA sobre el territorio europeo, la crisis financiera y en resumidas cuentas la forma unilateral en la cual, para los europeos, Estados Unidos ve al mundo, lejos de inspirar buenas relaciones, generaron un sentimiento anti-americano, lo cual, definitivamente ahora, será otra misión para Obama, de él dependerá, sino acabar, al menos disminuir la percepción negativa que la mayor parte del mundo tiene de los estadounidenses.

Un futuro con expectativas de cambio


“America, the change comes true”, “América el cambio ha llegado a Estados Unidos”, esto lo afirmó Obama en su primer discurso como el nuevo presidente de los Estados Unidos.

Para algunos, el triunfo de Obama implica un cambio radical en la política estadounidense, ya que lo consideran izquierdista y socialista. Para otros, Obama es un aliento de esperanza de que no solo la situación económica de Estados Unidos va a mejorar, sino la del mundo. Muchas personas tienen fe en que Obama es el hombre que le dará respuestas a sus problemas.

Otros, incluso han asociado a Obama con las profecías de Nostradamus y aún no saben a ciencia cierta, si éste será el llamado papa negro, el próximo anticristo o si en verdad con su llegada al poder abrumadores acontecimientos perturbarán al mundo. La realidad es que cuando los cambios hacen historia, las expectativas de los seres humanos suelen ser extremistas, o se acaba el mundo o vendrá la era de la paz absoluta. En estos casos, o mejor dicho en ningún caso los extremismos son buenos, simplemente debemos ser realistas, observar con cautela los acontecimientos y analizar con inteligencia las estrategias. Por ahora, Obama tiene todas las puertas abiertas y dependerá de él y de su nuevo gobierno, dejar una huella en la historia, como solo los grandes hombres saben hacerlo.

Por María Eugenia Fanti

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Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica, Caracas, Venezuela. Amplia experiencia en la producción de contenidos digitales, audiovisuales e impresos.